domingo, 15 de diciembre de 2013

María Teresa León, veinticinco años después

Un trece de diciembre de hace veinticinco años, en 1988, se marchó de este mundo María Teresa León, aunque su memoria dulcificada por los años de entrega  a todo lo que amaba, ya se había ido. En su haber, dos obras magníficas:
"Doña Jimena de Vivar, señora de todos los deberes", y "Memoria de la melancolía". La primera, es un ensayo sobre la esposa del Cid Campeador, en la que María Teresa vierte su amor al Romancero y a la historia de España, como mujer culta y cultivada que fue. "Pensé en Doña Jimena, ese arquetipo de mi infancia, que yo había visto en San Pedro de Cardeña, de Burgos, tendida junto al señor de Vivar como su igual y tejí mis recuerdos de lecturas, de paisajes, de horas vividad para apoyar en Doña Jimena las mujeres que  iban pasando ante mis ojos", escribió León al hablar de esta obra exquisita.






Pero, además, en las décadas finales de su vida, en el exilio romano, escribió "Memoria de la melancolía", una retrospectiva de lo vivido por esta mujer fuerte de memoria débil que se esfumaba lentamente. Una obra cargada de emoción y belleza en la que esta niña bien y joven intrépida que fue María Teresa, la niña de belleza perfecta que retrató en verso Rosa Chacel, la joven mujer que se entregó a Alberti, a la literatura y quizás a algún amor excesivo como la militancia comunista, miraba hacia atrás y reconstruía en el texto lo qu esu memoria perdía. Todo ello por amor, con pasión, y por su debilidad por los débiles.


Evoqué a María Teresa León en un capítulo de "Mujeres de la posguerra" (Planeta, 2001. "Él va delante, Rafael no ha perdido nunca la luz", decía ella de su marido, Alberti. Ella, a veces en una penumbra voluntaria, mantiene la luz de sus palabras. Ya es hora de que sea recordada por ella misma.

viernes, 13 de diciembre de 2013

"Habíamos ganado la guerra"/ La burguesía catalana y el franquismo

Es triste, no aprendemos de la Historia. Que no se repite, pero que vuelve como drama o pesadilla cuando no se tiene memoria. España contra Cataluña (depende de qué España). Cataluña contra España (depende de qué Cataluña). Cansancio, repetición. "Cuánta, cuánta guerra" (M. Rodoreda). España contra Francia. Francia contra España. Cataluña contra Cataluña. El Exaimple contra las Ramblas. La vecina del cuarto contra la vecina de la entreplanta. El tendero de la esquina contra el hiper de enfrente. Los grandes cambios precisan de grandes diálogos: tienen su tiempo, no hay atajos. Pero lo que sorprende es que se reescriba la historia a capricho, o solo en parte, y se lancen los retos justo cuando hay democracia (aunque imperfecta), mientras que en tiempos no tan lejanos, cierta burguesía hincó la rodilla ante el dictador Franco para preservar estilo de vida y negocios.



Esther Tusquets en "Habíamos ganado la guerra" explica cómo las familias de abolengo catalanista prefirieron pagar el tributo al dictador antes que perder su bienestar. Buena parte de la burguesía aunó el fervor franquista con ciertas poses de modernidad (en las costumbres, no en el terreno socio-político) dentro de su privilegiado círculo de amistades, como refleja también Mercedes Salisach en "Una mujer llega al pueblo", novela que recoge la hipocresía moral de las clases altas.



Menos mal que Ana María Matute, como ya señalé en "Mujeres de la posguerra" (Planeta, 2002), escribió estremecedoras novelas sobre las funestas consecuencias de la Guerra Civil y sus detritus en una memorable trilogía y en la para mí imborrable "Los hijos muertos". Leer a Matute, si no se quiere leer historia directamente, es comprender que también perdimos la guerra. La perdió España, aunque una parte la ganara. Y por supuesto, la perdió Cataluña, aunque una vez inaugurada la victoria, prosiguieran la vida y los negocios, como si no pasara nada. Pero sí pasaba, en Barcelona, o en Badajoz. Lo que pasaba en Barcelona y el la calle Aribau, concretamente, lo contó Carmen Laforet en "Nada": locura, abatimiento, hambre, racionamiento, cinismo. Nada.



Lo mismo que pasaba en cualquier pueblo o barrio español. Carmen Laforet lo vivió en Barcelona y lo narró en Madrid, bien pegada a la estufa del Ateneo, porque en aquel entonces se pasaba frío. Las etapas de intrasigencia y delirio colectivo dan mucho frío.

martes, 26 de noviembre de 2013

Los múltiples espejos de Constancia de la Mora Maura

Sumario de Revista de Occidente (noviembre 2013, número 390):http://www.ortegaygasset.es/noticias/ampliada/986/revista-de-occidente-n--390---noviembre-2013

En este número publico un artículo sobre Constancia de la Mora, a quien ya biografié en "La roja y la falangista. Dos hermanas en la España del 36" (Planeta 2006).
                                                                 





domingo, 17 de noviembre de 2013

"El cuaderno dorado", libro de cabecera en los ochenta (siglo XX)

Lo primero que leí de ella fue "El cuaderno dorado". Un descubrimiento paralelo: su obra y lo que Doris Lessing representaba como sucesora de una saga no escrita de autoras, fuera Virginia Woolf, Marguerite Duras o Yorcenar.
No solo yo. Fue algo generacional. "El cuaderno dorado pasó a ser un icono". Y todos los demás libros de la autora en los que salía a flote la combativa y joven radical que había sido Doris Lessing en sus años de militante comunista; en sus años de mujer blanca que arriesgaba su vida en África para lograr un mundo más justo. Y luego, el proceso del doble desencanto personal/amoroso y político, lo que la llevó a abandonar la militancia y a denunciar el estalisnismo. "Al final de la tormenta", "Un hombre y dos mujeres" o "El último verano de Mrs. Brown" dan algunas pistas.
Después llegó la madurez, su consolidación como escritora, su traslado a Reino Unido... Pero siempre radical, siempre exigente, sin autocomplacencias. Y siempre austera, a pesar y más allá del Nobel.


(Doris Lessing ha muerto hoy, a los 94 años).



miércoles, 13 de noviembre de 2013

El narrador y el estilo: "Seda salvaje" /"Técnicas de iluminación"

Eloy Tizón es un excelente narrador, claro. Pero es también un orfebre de las palabras. Sus frases tienen música e intensidad. Puede ser exquisito o lacerante (o ambas cosas).Ya Conte dijo de él que era uno de los autores más originales, con una voz no solo propia sino única, o distinta. Y cualquier lector que le siga podría corroborarlo. Leí con placer "Seda salvaje" y ahora quiero adentrarme en "´Técnicas de iluminación", su última obra, un conjunto de cuentos en los que Tizón vuelve a sorprender con esa alianza radical que ha firmado con el lenguaje.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Mejor hoy que mañana/ Nadine Gordimer

La última novela de Nadine Gordimer, "Mejor hoy que mañana", incita a recordar la coherencia de esta autora como escritora y ciudadana. No suele mezclar literatura y política, pero en ella ambas realidades cohabitan. De hecho ambas se retroalimentan. Como autora persigue la ficción, el párrafo claro y preciso. Como defensora de los derechos humanos, ha corrido riesgos y se ha involucrado en la denuncia de la segregación en el pasado y en la defensa de la democracia en Sudáfrica. En esta novela los personajes están sacados de la inmediata actualidad, aunque su vuelo y evolución sean obra de la escritora. Una de las ideas que subyace es que los perseguidos pueden imitar a sus perseguidores cuando su situación se invierte, un hecho común en las sociedades humanas y también en la surafricana. Estos días portada de suplementos culturales y El Cultural publica una entrevista en la que autora muestra su lucidez y su compromiso con la literatura y la vida. Adentrarse en su obra es compartir la doble sabiduría literaria y vital que esta escritora universal atesora.

martes, 5 de noviembre de 2013

"Sefarad", Narva, y el maestro Pinillos



José Luis Pinillos es uno de los padres de la psicología moderna en España, junto con Mariano Yela. Ambos tuvieron como maestro a José Germain, impulsor de la psicología experimental en España tras el desastre de la Guerra Civil. Germain, vicedirector de la Escuela de Psicología y Psicotecnia era el eslabón que unía a  los pioneros Gonzalo Rodríguez Lafora y Emilio Mira, condenados al exilio y al ostracismo, y los nuevos investigadores formados en la posguerra: Pinillos, Yela, Siguán...
José Luis Pinillos (1919-2013) nació en Bilbao en el seno de una familia conservadora y en su adolescencia quiso ser escritor. La Guerra Civil modificó estos primeros sueños. Tenía 17 años cuando estalló la contienda, algunos de sus familiares fueron atacados por las milicias populares y él combatió al lado de los insurgentes. Tras la guerra, estudió Filosofía en Zaragoza, pero el clima bélico de la época volvió a atraparle y se enroló en la División Azul. Calaron en él las llamadas de Serrano Súñer y otros dirigentes falangistas para combatir el comunismo y librar de sus garras “a Occidente y al Cristianismo”.
Antonio Muñoz Molina relató en Sefarad cómo aquel soldado español voluntario en la División Azul descubrió en la ciudad báltica de Narva las razones de la hostilidad y desconfianza de la población civil hacia los alemanes. Estando de permiso, en un acto social al que había sido invitado por militares alemanes, él bailó con una hermosa chica pelirroja y esta le confesó el miedo que sentían los vecinos por las atrocidades cometidas. Supo así de las sistemáticas matanzas a judíos y empezó a abrir los ojos. "Había diez mil judíos y solo quedan dos mil", le informó la joven mientras bailaban, vigilada por su amante y dueño, un hombre de negocios que solía quedarse a buen precio con los negocios de los prisioneros judíos y que se prestaba a que los militares lo pasaran bien y bailaran con su querida. La vida de ella misma pendía de un hilo, ya que era también judía, aunque de momento la protegiera aquel hombre.
Probablemente el joven Pinillos que volvió de Alemania no era ya el mismo voluntario que se marchó meses atrás. Nunca olvidaría, le contó a su compañero académico, Muñoz Molina, aquel baile, ni muchos menos a aquella hermosa pelirroja de la que no supo más. Décadas después, aprovechando su viaje a Leningrado para asistir a un Congreso de Psicología, logró acercarse a Narva. Allí estaba el edificio del baile. Ni rastro de ella, claro. Podía ser una anciana cualquiera, podía haber sido una víctima más en aquellos días de hielo y barbarie.
Al regreso de Alemania, Pinillos reanudó Filosofía en Madrid, terminó la carrera en 1946 y obtuvo el doctorado en 1949. Su primer impulso fue orientarse hacia la investigación y buscó horizontes entonces en la psicología. Con este objetivo, amplió estudios en el Psychologisches Institut de la Universidad de Bonn am Rhein en 1949 y fue becario en el departamento de Psicología del Maudsley Hospital de Londres entre 1951 y 1953. En Londres tuvo la oportunidad de estudiar psicología con Eysenck, uno de sus maestros decisivos.



martes, 29 de octubre de 2013

Un recuerdo de las visitas de María Moliner a las bibliotecas populares/ Requena

Un link que recoge la historia de las bibliotecas populares en Requena, evoca el paso de María Moliner por la localidad en 1936. http://www.bibliotecaspublicas.es/requena/carta.htm


María Moliner escribió unos informes deliciosos sobre sus visitas a biblioteca escolares y rurales. En los primeros años treinta como colaboradora de Misiones Pedagógicas en el área de Valencia, donde residía. Y a partir de 1936 debido a sus responsabilidades como gestora bibliotecaria dentro de la política cultural del Gobierno, trasladado a Valencia para evitar ser sorprendido en Madrid si, como se preveía, entraban las tropas rebeldes franquistas -aunque no fue así, solo entraron tras la derrota republicana, en 1939-.

lunes, 28 de octubre de 2013

Las otras doce mujeres premio Nobel de Literatura

Ha sido un Nobel de Literatura sin polémica el de este año. Casi todo el mundo adora a Alice Munro, la Chejov canadiense. Empecé leyendo sus relatos agrupados en Demasiada felicidad y tenía entre manos ya Mi vida querida. Deseaba adentrarme pronto también en su única novela, La vida de las mujeres. Es, desde luego, una de mis escritoras de culto, junto con Clarice Lispector e Irene Nèmirovsky, por ceñirme solo a narradoras. En el caso de Munro reconozco que, aunque pensaba leerla, tuve en cuenta una muy favorable opinión de Antonio Muñoz Molina sobre el valor de sus cuentos. Posiblemente, forma parte de ese club de escritores que no emociona tanto por su vida, recoleta e íntima, como por su obra, dándose esa dualidad que refleja la biografía que ha escrito sobre C. Sheldrick, A dual life (Una doble vida). No en vano un escritor no tiene por qué ser un personaje fascinante (en su obra y en su vida), sino la voz que narra historias que merecen ser leídas.



Con Alice Munro, son ya trece las escritoras que consiguen un Nobel, una minoría, desde luego. Dos de ellas son autoras a las que admiro por su obra y su trayectoria: Nadine Gordimer (Nobel de 1991) y Doris Lessing (lo obtuvo en 2007).
A otras las leí o descubrí a raíz del Nobel, como Toni Morrison (en 1993), Elfreide Jelinek (en 2004) y Herta Müller (en 2009) y en menor medida a la gran poeta Wislawa Szymorska (en 1996).



 A Pearl S. Buck (premiada en 1938) y Sigrid Undset, las descubrí de joven, en esas ediciones populares y divulgativas que seleccionaban lo mejor de los premios Nobel. A Gabriela Mistral (galardonada en 1945) ya la estudié en bachillerato como nuestra Nobel en castellano. Sé que Selma Lagerlöf (la primera de las premiadas, en 1909), fue leída o apreciada por Carmen Laforet y María Moliner, dos personalidades cuya biografía he abordado en diferentes etapas. Por último, quedan otras dos Nobel de las que tengo menos información, Grazia Deledda (en 1926) y Nelly Sachs (1966) que completan este pequeño porcentaje de escritoras es en la nómina de los Nobel. No hay que ser demasiado observador para anotar que en el siglo XX las ganadoras eran una excepción (solo nueve en un siglo), mientras que en lo que va de siglo son ya cinco las que se han alzado con el preciado y universal galardón.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Diálogo entre Jorge Edwars y Gilles Lipovetsky sobre estética y pintura

El lunes asistí a un sugestivo encuentro entre dos figuras de la literatura y la sociología, el escritor y premio Cervantes Jorge Edwars y el ensayista Gilles Lipovetsky. autor de "La era del vacío", en el Espacio Telefónica y promovido por la Fundación Chile-España y el Instituto Francés. Moderó la escritora Lourdes Ventura.
 El objetivo era fomentar el diálogo entre Edwars, reciente autor de una novela editada por Lumen, "El descubrimiento de la pintura" y Lipovetsky, que acaba de publicar en Francia un último ensayo sobre la progresiva estetización del mundo que se editará en fechas próximas en España.
Un paso más en su análisis sobre la sociedad hipermoderna de nuestros días.
http://mediateca.siremedia.net/ft/visor.asp?tx-s1-hestetica-v1_768_432

sábado, 19 de octubre de 2013

El llanto de Dora Maar

Hace tiempo que me interesa la figura de Dora Maar. Como fotógrafa, como amante de Picasso y, sobre todo, como colaboradora (casi) esencial en la génesis y difusión del Guernica. Dora Maar fotografió paso a paso la creación del cuadro que las autoridades de la II República española encargaron al pintor malagueño. Y, además, sus ojos están presentes, multiplicados, en muchas de las figuras dolientes y desgarradas del Guernica. Su llanto es el llanto de Dora Maar.
Acabo de publicar su semblanza en la revista CLARÍN (Oviedo), en el número 107, correspondiente a septiembre-octubre.
En un año en que se ha hablado de hacer una película sobre el Guernica (de momento paralizada), un documental en el que no podía faltar su evocación. Y en el que ha aparecido en Circe una biografía sobre la fotógrafa elaborada por la crítica de arte Victoria Combalía. Una puesta en día de datos y noticias sobre Dora Maar que se suma a los estudios ya publicados, entre ellos un volumen bien ilustrado publicado en Destino.

viernes, 4 de octubre de 2013

Ángeles Santos, la pintora de las metamorfosis

Se asomó a la pintura con una fuerza inusual en una apacible joven de 18 años, con más pasión de la que solía dedicar a la vida. Sus primeros cuadros revolucionaron el universo pictórico por su precodidad y brío: "Un mundo", "Tertulia"... Ramón Gómez de la Serna fue a visitarla a Valladolid, donde vivía con sus padres; los poetas de la generación del 27 querían conocerla. Ella se movía entre las vanguardias, influida por el surrealismo y el expresionismo, pero su cabeza iba más lejos: soñaba y se enredaba en extrañas historias que no tenían puntos de encuentro con su papel de hija dócil en su vida diaria. Aquello era demasiado y su padre decidió internarla en un sanatorio para que se aquietara. Al salir de la clínica la joven se había reconciliado algo con la vida que tenía que vivir, la vida de una chica de clase media de la época: moderna sí, y pintora, pero sin las extravagancias iniciales ni la fuerza provocativa de su compañera de generación Maruja Mallo.

Después vino la Guerra Civil y aquella pintora que navegaba entre el surrealismo y el realismo mágico enmudeció. Se había casado con un pintor, tenía un hijo y sobrevivió en los años oscuros del franquismo. Todo era pintura en su vida y a la vez ella no pintaba en esos años. Silencio. En el último tercio del siglo XX renació, pero era otra: de los trazos duros y negros había pasado a la dulzura de los paisajes. Sobrevivió a todos los artistas de su generación. Acaba de fallecer.
   Publiqué una semblanza de Ángeles Santos en la revista de Nueva literatura CLARÍN ("Ángeles Santos, la huida del surrealismo". número 98, marzo-abril de 2012) y escribí también un post sobre ella en el blog Mujeres de EL PAÍS.  Como algunos otros artistas, empezó desde arriba y fue perdiendo su identidad inicial con los años. Llegó a la meta en poco tiempo, interrumpió su marcha e hizo el camino de vuelta antes de recorrerlo.  
   Así escribió sobre ella Juan Ramón Jiménez: "Alguno se acerca curioso a un lienzo y mira por un ojo y ve a Ángeles Santos corriendo gris y descalza orilla del río. Se pone hojas verdes en los ojos, le tira agua al sol, carbón a la luna. Huye, viene, va. De pronto, sus ojos se ponen en los ojos de las máscaras pegados a los nuestros. Y mira, la miramos. Mira sin saber a quién. La miramos. Mira".




viernes, 27 de septiembre de 2013

La lengua y la palabra

Trescientos años de historia, la de la Real Academia Española, se exponen ahora con visión de conjunto en la Biblioteca Nacional. La comisaria de la muestra, Carmen Iglesias, académica, no ha dejado de lado a las mujeres notables que llamaron a la puerta de la RAE (Gertrudis Gómez de Avellaneda, Emilia Pardo Bazán)

y fueron rechazadas por su condición de mujeres.
Tampoco deja fuera a la primera que aun siendo invitada a presentarse, no obtuvo votos suficientes, como María Moliner.
Su diccionario (Diccionario de Uso del español) aparece integrado en la exposición. "Mi obra es limpiamente el Diccionario", afirmó la lexicógrafa presentarse a la RAE, en 1972. Tenía otros muchos méritos, pero consideró que el Diccionario justificaba su vida y el derecho a un sillón de la Docta Casa. En la muestra aparecen también obras pictóricas,  algunas de ellas de Zuloaga y Madrazo, que reflejan el mundo intelectual y académica de diferentes épocas.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Recordando a Constancia de la Mora/ Elegía de Pablo Neruda



Ordenando fichas y papeles, he vuelto a leer la Elegía de Pablo Neruda a la muerte de Constancia de la Mora. Un texto emotivo e improvisado que retrata a esta nieta de Antonio Maura que renunció a su abolengo para encontrar su camino y su libertad. No era demasiado simpática, quizás fuera en algún momento algo fanática, pero tenía "allure". Y nadie negará que fue generosa y vivió libre de toda conveniencia. Su muerte en accidente de tráfico a los 44 años fue trágica, como los personajes de leyenda. 


“Constancia, tu partida nos ha caído en medio del corazón y en medio de nosotros como un rayo negro o como una sombra terrible. Eras tan alta como una torre, se divisó tu estirpe desde todos los puntos de la tierra española, entre tanta sangre y tanta alegría, y luego, en México, sobresalías de la tierra purpúrea y desde lejos, al torcer la encrucijada de Tres Marías ya te veíamos, ya divisábamos tu hermosa estatura morena”.
 El golpe de la guerra aventó lo mejor de España hacia otros mares, y nuestras tierras, separadas por el océano, se unieron, recibiendo a los que, como tú, eran al mismo tiempo liberadores de la vieja patria y esencias de nuestras tierras de espacio y libertad.
 Fuiste personal como nadie, pero fuiste también disciplinada guerrera, fibra de un gran combate colectivo. Como una alta llamarada, sentías de pronto el viento de la vida derribar tu lumbre, pero de nuevo, con el nuevo día, te elevabas y resplandecías.
 Lo bueno es recordarte como eras, como una gran mortal, como una gran humana, capaz de la alegría y de la cólera, y tierna también, digna de todas las canciones que amabas. Nosotros, los que en América te recibimos, te conocimos y te amamos, no podemos sino pensar que sobrevives. Sobrevives en tu libro, en que te retratas y retratas una época con dibujo imborrable. Sobrevives en la lucha de tu pueblo y en la victoria que le aguarda. Nosotros, en tu memoria, amiga amada, sostendremos y ayudaremos a los pueblos de España, sin desmayo, sin pensar que jamás estén vencidos, y al hacerlo, creemos que ésta es tu única herencia, herencia que repartiremos entre nosotros cantando”
(‘Elegía de P. Neruda’, Acapantzingo, Cuernavaca, 1 de febrero de 1950)

sábado, 10 de agosto de 2013

Las sorpresas del verano

Todo lector tiene su orden particular en su propia biblioteca. Puede quesus libros no estén clasificados de forma racional, pero sabe lo que le gusta, lo que recomendaría o lo que no se puede perder. En ese esquema entran a veces de forma subrepticia algunos ejemplares extraños: libros por los que sintió cierta curiosidad, pero no mucha; obras que le regalaron quienes quizás no le conocían bien, o incluso títulos que llegaron a sus manos por razones profesionales. Al final, hay un sector de libros que queremos leer algún día, tal vez, si se tiene tiempo. Y si no se leen, no importa. Pero sí, hay muchos libros que merecen ser leídos, aunque no entren en nuestro canon personal. Y el verano propicia esos descubrimientos o redescubrimientos. Total, no estamos seguros si vamos a leer mucho o poco, y a veces entre los libros que sí queremos leer metemos alguno que no estamos seguro de si tendremos tiempo de abrirlo. La sorpresa es cuando llegas a ese libro que estás leyendo por un escaso margen de probabilidad y llegas a la última pagina. Qué bien.

domingo, 14 de julio de 2013

El regreso de Hannah Arentd

Pocos ignoran que Hannah Arendt estudió a fondo la banalidad del mal  y acuñó el propio concepto (Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal), pero se conoce menos el proceso que le llevó a cimentar su teoría. La filósofa judía (Alemania, 1906-Nueva York, 1975), exiliada en Estados Unidos, se planteó asistir en 1961 al juicio contra el criminal nazi Adolf Eichman que iba a celebrarse en Jesrusalen. Había sido descubierto e interceptado por agentes israelíes en Buenos Aires, donde se escondía de la justicia, y llevado a Jerusalén para juzgarle. La filósofa se ofreció al New York Times para seguir el juicio y escribir sus reflexiones, pero esta experiencia iba a transformar algunas de sus tesis y creencias más profundas. Arendt ya había publicado en 1951 "Los orígenes del totalitarismo", en el que analizaba los rasgos comunes que compartían el nazismo y el comunismo estalinista. Terreno pantanoso en esos momentos, ya que, si bien el enfoque se centraba en las miserias del totalitarismo, poner en la misma balanza ambos extremismos abonó la polémica.
Ahora, una película sobre la filósofa dirigida por Margarethe von Trotta recoge la trayectoria de Arendt y los años cruciales en los que publicó su alegato sobre los estragos causados por banalidad del mal.
Lo que encontró en el juicio a Eichman fue más valioso que lo que esperaba hallar, o en todo caso distinto. Cierto, el reo era el autor de crímenes horrendos, pero era a la vez un personaje mediocre, incapaz de pensar, servil, mimético: habia asumido las órdenes de sus superiores como si eso le eximiera de cualquier responsabilidad personal. Encarnaba el mal, pero de forma banal. No tenía excusa, pero las circunstancias que rodeaban a aquel pobre diablo, su vacío moral e intelectual, le dieron pie para desarrollar su teoría con lentera ibertad. Los lectores neoyorkinos, las autoridades israelíes y sobre todo sus amigos judíos interpretaron sus tesis como una provocación no exenta de traición. Un proceso doloroso que obligó a Arendt a explicar sus tesis en el ámbito universitario, despejando cualquier duda de ambigüedad: condenaba igualmente a Eichman y a los nazis, cómo no, pero ponía el acento no en una maldad intrínseca, sino banal. Esa banalidad, esa debilidad intelectual y social era el marco en el que habían arraigado las perversas consignas nazis que propiciaron la solución final contra judíos y gitanos.




Ver esta película que protagoniza Barbara Sukowa permite tocar la valentía personal y la libertad de conciencia de una pensadora que inició su andadura como discípula predilecta (y amante) de Martin Heidegger y que vivió el desconsuelo de huir de su país (y de un maestro que la decepcionó por su connivencia con el nazismo).



Por encima de cualquier conveniencia personal, esta mujer que se había refugiado en Francia y que tras la ocupación emigró a Estados Unidos, optó por defender lo que pensaba y no tanto lo que sentía. La honradez intelectual como principio, el escepticismo como cautela. Es lo que transmite este filme que anima a redescubrir el pensamiento de esta filósofa casi contemporánea.

martes, 18 de junio de 2013

Y ahora en Londres


Hay una recuperación de María Moliner no a destiempo, pero sí tardía, fuera del tiempo en que ella trabajó y vivió. Moliner murió en 1981, sin saber todo lo que dejaba tras de sí, consciente de que su Diccionario era  único, pero sin comprender el alcance de su obra en el tiempo. Mi biografía contribuyó a levantar el velo de secreto y desconocimiento que se cernía sobre su figura. Recientemente, una obra de teatro que aborda la vida de la lexicógrafa de forma fragmentaria, libre y con saltos en el tiempo, ha popularizado al personaje. Hasta el punto de que la obra se está representando estos días en Reino Unido. http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2013/06/maria-moliner-llega-teatro-londinense-diccionario-20130612-159811.html

Soñaba palabras, las cultivaba y las definía. Ahora ella misma es palabra. Y su voz traspasa el escenario.










jueves, 13 de junio de 2013

Cultura, cultura




LOS CONSEJOS DE MARÍA MOLINER A BIBLIOTECARIOS SIN EXPERIENCIA



(INSTRUCCIONES PARA EL SERVICIO DE PEQUEÑAS BIBLIOTECAS. VALENCIA 1937)

“Estas Instrucciones van especialmente dirigidas a ayudar en su tarea a los bibliotecarios provistos de poca experiencia (…)  En una biblioteca de larga historia, el público ya experimentado, lejos de necesitar estímulos para leer, tiene sus exigencias,  y el bibliotecario puede limitarse a satisfacerlas cumpliendo su obligación de una manera automática. Pero el encargado de una biblioteca que comienza a vivir ha de hacer una labor mucho más personal, poniendo el alma en ella. No será esto posible sin entusiasmo, y el entusiasmo no nace sino de la fe. El bibliotecario, para poner entusiasmo en su tarea, necesita creer en estas dos cosas: en la capacidad de mejoramiento espiritual de la gente a quien va a servir y en la eficacia de su propia misión para servir a ese mejoramiento.
(…) No, amigos bibliotecarios, no. En vuestro pueblo la gente no es más cerril que en otros pueblos de España ni que en otros pueblos del mundo. Probad a hablarles de cultura y veréis cómo sus ojos se abren y sus cabezas se mueven en un gesto de asentimiento, y cómo invariablemente responden: ¡Eso, eso es lo que nos hace falta: cultura!


















Ellos presienten, en efecto, que es cultura lo que necesitan, que sin ella no hay posibilidad de liberación efectiva, que sólo ella ha de dotarles del impulso suficiente para incorporarse a la marcha fatal del progreso humano sin riesgos de se revolcados; sienten también que la cultura que a ellos les está negada es un privilegio más que confiere a ciertas gentes sin ninguna superioridad intrínseca sobre ellos, a veces con un valor moral nulo, una superioridad efectiva en estimación de la sociedad, en posición económica, etcétera. Y se revuelven contra eso que vagamente comprenden pidiendo cultura, cultura…Pero claro, si se les pregunta qué es concretamente lo que quieren decir con eso, no saben explicarlo. Y no saben tampoco que el camino de la cultura es áspero, sobre todo cuando para emprenderlo hay que romper con una tradición de abandono conservada por generaciones y generaciones” (Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas. Valencia 1937).

viernes, 7 de junio de 2013

La Pobla de Mont-roig recuerda a María Moliner

He tenido noticia de que María Moliner cuenta con una calle en la Pobla de Mont-roig (Tarragona), muy cerca de la playa de la Pixerota, donde solía bañarse la lexicógrafa las pocas veces que abandonaba su dedicación al Diccionario de Uso del Español. Y donde acostumbraba a bañarse Joan Miró, según recuerda J. M. Martí Rom, buen conocedor de la trayectoria del pintor. Desde 1941 a 1974 María Moliner pasó los veranos en Pobla Oriola, un chalé sencillo que ella y su marido, nacido en Mont-roig,  adquirieron tras vender él una casa familiar recibida en herencia. Allí encontró María Moliner su paraíso, un mundo íntimo ajeno a la mediocridad de la Dictadura (1939-1975) que la había depurado y postergado como bibliotecaria. Y que a la postre le dio el empuje para rebelarse y empezar su magna obra a la edad de 51 años. 




Lo curioso -y sorprendente- es que María Moliner no ha recibido apenas homenajes en Madrid, la ciudad en la que escribió el Diccionario y en la vivió primero de niña y posteriormente desde 1946 a 1981. En estos años solo se ha producido el anuncio de que se impondría una placa en el último domicilio en el que residió. Solo eso.



sábado, 1 de junio de 2013

La estela de Dionisio Ridruejo

La estela de Dionisio Ridruejo reaparece esta primavera en dos libros, una biografía de Manuel Penella (que había escrito ya una anterior versión ahora corregida) y una novela, "Gritad concordia", de Rafael Fraguas, inspirada en su figura. De entrada, Ridruejo parece un personaje de otra época, alguien alejado de nuestro tiempo. Y sin embargo, su carisma, osadía y sentido de la libertad, hacen de él una figura atractiva, en parte enigmática y profundamente contemporánea. Me adentré en su trayectoria para escribir las biografías cruzadas de Constancia de la Mora Maura y su hermana Marichu (La roja y la falangista. Dos hermanas en la España del 36, Planeta, 2006). Mi interés por Constancia de la Mora, republicana, comunista y exiliada, me había llevado a escribir esta doble biografía en la que su hermana Marichu representaba el polo opuesto, todo lo que la autora de "Doble esplendor" aborrecía. Sin embargo, en el terreno humano, Marichu de la Mora no carecía de interés y en la segunda mitad de su vida, convertida en periodista de moda (tras dirigir la revista Y, editada por la Sección Femenina), se reconstruyó a si misma como una mujer seductora y moderna. Y naturalmente, de Marichu fui a Ridruejo.
Poeta apasionado, Dionisio Ridruejo sufrió en su juventud el mismo espejismo que llevó a parte de su círculo de amigos a adoptar posturas extremas en política: venía de una familia castellana acomodada, no se identificaba con la derecha conservadora y se sintió fascinado por la retórica  de José Antonio Primo de Rivera. Al igual que Marichu, aunque esta de un modo más intenso. En los años previos al golpe militar contra la Segunda República y la feroz Guerra Civil a la que condujo aquel, los tres (Marichu, José Antonio y Ridruejo) se hicieron inseparables. Tras la detención y encarcelamiento del líder, Marichu, a la que José Antonio denominaba "mi señorita Kant", no dejó de escribirle -y de esperar las cartas que él le enviaba desde la cárcel-. Al morir Primo de Rivera, estas cartas y otras muchas confidencias abonaron una amistad muy especial entre Ridruejo y Marichu de la Mora, al borde de la depresión tras la pérdida de su líder y amigo. Pero tan entregada a la causa que se convirtió en la inseparable colaboradora de Pilar Primo de Rivera durante la contienda y los primeros años de la Victoria. Para el poeta, Marichu pasó a ser Aurea, el amor que alimentó sus poemas (Ver Primer libro de amor) antes de partir a la División Azul. Porque la gran odisea de Ridruejo fue marcharse a Alemania imbuido de ideas fascistas y de deseos delirantes de volver como un héroe y comprender en el abismo de las noches cuajadas de nieve que allí no estaba el honor, sino el drama, el genocidio y la consiguiente catarsis. La fiebre y la enfermedad lo devolvieron a España con aureola de héroe, pero regresaba decepcionado hasta la médula. Abandonó sus cargos, escribió a Franco criticando su política con insolencia y el dictador lo desterró a Ronda. Ridruejo renunció en ese momento a todo, incluido el porvenir que le esperaba en aquella dictadura que había contribuido a traer y a sustentar en sus inicios. Ahí empezó su travesía del desierto que le llevaría a la democracia. Demócrata antes de que llegara en efecto la democracia a España, Ridruejo simboliza el coraje de cambiar, la fuerza para enmendar las equivocaciones. Mitad poeta y político, el siglo XX se lo llevó y -aunque nunca se fue del todo para sus seguidores- ha reaparecido esta primavera.
   


En "Casí unas memorias" y en "Los cuadernos de Rusia", vemos a un Ridruejo desmitificador que ajusta cuentas con sus emociones y su tiempo. Un tiempo convulso que conviene tener presente para no olvidar que la historia no se repite, pero
se asemeja.

martes, 7 de mayo de 2013

Una nueva biblioteca María Moliner

El 23 de abril se inauguró la biblioteca municipal de Orihuela (Murcia). En sí, una buena noticia. Bautizada, además, con el nombre de María Moliner. Sorprende el listado de bibliotecas, institutos, centros de lectura e instituciones culturales que llevan el nombre de la lexicógrafa. Tan tenaz en vida (y tan discreta, aunque eso no limitara su ambición intelectual) como célebre tras su muerte. En muchas ocasiones su nombre se elige como homenaje o incluso como icono de calidad, en otras subyace la necesidad de reparar la injusticia de no haber sido reconocida en vida. Un no reconocimiento que evoca el injusto rechazo de la RAE a que se sentara en la docta Casa en 1972,  De esa injusticia y de su colosal aportación como lexicógrafa nacen todos estos homenajes a destiempo pero no a deshora. Son merecidos.

jueves, 18 de abril de 2013

Más sobre El exilio interior de María Moliner


Sigue la estela de comentarios sobre "El exilio interior. La vida de María Moliner", editorial Turner, en vísperas del Día (y la Noche) de los libros.  Un libro que intenta desentrañar las claves de Moliner desde el respeto. ¿Cómo iba a ser de otro modo? Recomiendoo vivamente su Diccionario de uso del español. Y quien pueda permitírselo, combinar la primera edición (1966-1967)
, además de la actualizada.

http://www.hislibris.com/el-exilio-interior-la-vida-de-maria-moliner-inmaculada-de-la-fuente-farsalia-con-fotos/


miércoles, 17 de abril de 2013

El doble legado de MARÍA MOLINER

Enlace de un texto que describe la trayectoria de MARÍA MOLIER a través de mi biografía, "El exilio interior. La vida de María Moliner" (Turner, 2011). Gracias por recoger una de mis ideas centrales sobre la autora del Diccionario de Uso del español: afán de superación y vocación de "hacer" y no solo ser. Un destino personal marcado por la excepción y la ausencia total de vanidad.http://www.um.es/tonosdigital/znum22/secciones/resenas-7-maria_moliner.htm

domingo, 14 de abril de 2013

María Zambrano y el 14 de abril


"Alta, alta, ondeaba la bandera republicana, ahora ya del todo desplegada. (...) Eran las seis y veinte. Las seis y veinte de la tarde de un martes 14 de abril de 1931". Así evocó María Zambrano en su autobiografía "Delirio y destino" la tarde del 14 de abril que ella y su familia vivió de cerca, como otros madrileños que llegaron a la Puerta del Sol, a la sede de Gobernación. Los comicios del día anterior habían dado mayoría republicana y las autoridades reconocieron su derrota dando paso a la Segunda República sin alboroto, con naturalidad.
Y Zambrano prosigue:


"En la Puerta del Sol los grupos se renovaban incesantemente, como si la ciudad toda hubiese de pasar por aquel lugar, por aquel Centro mágico. Bajando por un costado de Gobernación llegó un grupo de obreros como danzando. Uno de los que formaban el grupo se destacó dirigiéndose a alguien que pasaba y gritó: "¡Viva la República!" mientras los demás revoloteaban en su danza improvisada, "Viva España". -"Claro, ¡Viva España!" y alzando el puño en un comienzo de ira con voz un poco ronca: "¡Y muera!..., pero no, que no muera nadie, que viva todo el mundo. Sí que viva el Mundo, que vivan todos, todo el mundo", con la voz por momentos más clara. Y alzando los brazos al cielo, dejando el pecho al descubierto, ofreciéndose como si estuviera frente al Universo, él solo, aún gritó: "¡Que viva todo el mundo!". La luz de un foco eléctrico le bañaba de arriba abajo; se reflejaba en su camisa blanca, blanca, de tan blanca, la misma blancura". ("Delirio y destino", págs 231-233, Mondadori 1989) Párrafo citado en  De la Fuente, I: Mujeres de la posguerra, págs 349-350, Planeta 2002



La Segunda Repúlica que hoy rememoramos llegó con consenso, con esperanza. Contaba con un proyecto reformista, una apuesta cultural muy atractiva y un conjunto de políticos deseosos de hacer las cosas bien. Pero aquello se frustró: ciertos sectores pusieron su empeño desde el primer día en cargarse todo aquello; algunos compañeros de viaje impacientes y nunca satisfechos con las reformas la pusieron también en peligro de manera irresponsable... Y vino el golpe del 36...Hay bibliografía suficiente para quien quiera saber. Uno de los puntos débiles de aquella etapa era la falta de conciencia democrática de amplios sectores de la sociedad. Hoy, la situación es completamente distinta, pero de alguna manera todavía frágil. La crisis y la desesperanza hacen evocar aquel día...Sí, pero la jefatura de Estado no es la panacea. Lo que necesita esta sociedad es más democracia, más tolerancia, menos guerracivilismo a la que salta...Los abismos, los extremos, los odios soterrados y los prrejuicios son los auténticos demonios.

sábado, 16 de febrero de 2013

Leer (otro homenaje más) a Emily Dickinson

Los que amamos la literatura, pero no somos habituales lectores de poesía, tenemos una deuda con Emily Dickinson, la gran solitaria que se alimentó de vida interior, secretos y poemas. Figura literaria ella misma por el misterio que encierra su biografía, autora de culto por la hondura y exquisitez de sus poemas, su obra es permanente objeto de análisis por las claves biográficas y por tanto amorosas o existenciales que refleja. O que esconde y de pronto revela en un verso aparentemente oscuro. Ahora, Emily Dickinson, cada vez más presente y cercana entre nosotros, reaparece en las librerías con sus "Poesías completas" publicadas por Amargord. 

¿Tenía defectos María Moliner?

Son muchas las críticas, reseñas y comentarios sobre "El exilio interior. La vida de María Moliner" (Turner, 2011), que he llegado a leer. De vez en cuando descubro algunas nueva. La mayoría son comentarios generosos, tal vez porque escribir la biografía de María Moliner es una tarea agradecida. De cualquier modo, en algunos textos se plantea un dilema que comparto: ¿se puede caer en el homenaje cuando se aborda una figura no solo positiva, sino ´casi ejemplar, como la autora del "Diccionario de Uso del español"? ¿Tenía María Moliner defectos o puntos discutibles que, como biógrafa, no he sabido ver o no he tenido oportunidad de conocer o comprobar? Desde luego, no todo es blanco ni negro. Todo el mundo tiene una parte menos interesante o un lado no del todo atractivo. Pero en María Moliner hay elementos, y algunos de peso, que la hacen brillar en el campo profesional y personal. Por otra parte, es una figura cargada de resistencia, una superviviente del exilio interior durante la posguerra. Y con muy pocos flecos discutibles, con poca "carne" para la polémica, ya que era discreta, nada altisonante y poco estridente.
Pero no aburrida... Defectos tenía, desde luego, los propios de su personalidad perfeccionista y puntillosa; su ironía algo chusca que no todos entendían...El afán de dar cuentas solo a sí misma, haciendo las cosas a su modo. Ahora bien, ´¿qué es eso frente al Diccionario? Es cierto que no ha llegado a mis manos epistolarios o documentos que puedan llegar más lejos para calar hondo en su personalidad o en sus posibles claroscuros. Quizá no los hubo, tal vez se perdieron. Podría haber cedido algo más a la especulación, pero he optado por la sobriedad.
En cuanto a su posición política, parece claro que, sin llegar a militar en organización política de forma clara, fue progresista y republicana comprometida. Sus ideas "eran bien conocidas", dijo ella misma. Pero también era una mujer que se resguardaba de las etiquetas, y que pasó por una Guerra Civil y un proceso de depuración posterior. No le gustaba dar demasiadas explicaciones. Porque era sencillamente ella misma. Y ser María Moliner no fue fácil: ya desde los 12 años tuvo que luchar firme para lograr sus sueños. Y así hasta el final de sus días.
Es posible que biografías como esta deriven en algún párrafo hacia "la admiración" o que se insinúen matices no del todo explicitados. En este caso, además, las notas y observaciones finales completan y ofrecen claves para releer la biografía. En todo caso, la visión del lector y su propia interpretación pueden ir más allá de lo que la autora ha querido o podido escribir.