lunes, 16 de noviembre de 2015

La ópera María Moliner

"Estando yo solita una tarde..." Así narró María Moliner la decisión de abordar un Diccionario (el Diccionario de Uso del español, DUE) una tarde en la que se dio cuenta que tenía cincuenta y dos años y un deseo grande de hacer algo más que ser bibliotecaria en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid. Haría el Diccionario que faltaba, el que hubiera querido encontrar cuando consultaba el DRAE y solo encontraba y vocablos sin definir que remitían a otros, los círculos viciosos.
Paco Azorín, el director de escena de la ópera de María Moliner que se estrenará en 2016, encontró en una librería en 2011 "El exilio interiór. La vida de María Moliner" (Turner), lo leyó y pensó que Moliner era una desconocida que merecía, como mínimo, una ópera. Se puso en marcha y, como se lee en el Heraldo, la ópera ya está programada en La Zarzuela para abril de 2016.

http://www.heraldo.es/noticias/heraldo_premium/cultura_ocio/2015/11/14/el_teatro_zarzuela_estrenara_abril_opera_sobre_vida_maria_moliner_629954_2091033.html

lunes, 9 de noviembre de 2015

Zenobia Camprubí hizo (casi) todo lo que quiso

Cuando leí los Diarios de Zenobia Camprubí descubrí una mujer diferente a la que tenía entonces en el imaginario. Es cierto que su vida con Juan Ramón no fue fácil y que le restó tiempo y energía para hacer todo lo que le apetecía y necesitaba hacer. Pero no lo vivió como una condena -sí como una carga a veces- ni como una merma de libertad. Por eso, al escribir mi semblanza de Zenobia Camprubí -incluida en Las republicanas "burguesas"(Punto de Vista Editores/Sílex)-, expresé mi discrepancia con ese idea agorera y fatalista que presentaba a la esposa del poeta como una víctima. He escuchado y leído muchas veces que Zenobia fue sumisa y que Juan Ramón le impidió realizarse. No es cierto, tal como están corroborando las nuevas publicaciones sobre la vida y obra de Camprubí. La profesora Emilia Cortés lleva años investigando y editando la correspondencia de Zenobia y asegura, con el conocimiento que tiene de ella, que hizo lo que quiso con su vida. Y así fue, en cierto modo.
Era consciente de que podía haber hecho una obra propia -y en parte la llevó a cabo como traductora y escritora de textos propios-, pero en realidad sus intereses eran múltiples y no estaba en su meta abordar una obra propia de envergadura. El mundo de Juan Ramón era su mundo, no un peso muerto ni un universo extraño. Otras amigas suyas comprometidas con la educación y los derechos de la mujer, como Isabel Oyarzábal, gozaron de mayor libertad para desarrollar sus propios talentos. Oyarzábal, otra de las republicanas "burguesas", compaginó su labor de periodista y narradora con sus inquietudes políticas y sociales, aunque no llegara a ser una gran  escritora. Camprubí siguió otro camino, y siendo práctica y emprendedora como era, fue traductora, colaboradora de Juan Ramón, mujer de negocios -en su tienda de Arte popular dio trabajo a Constancia de la Mora en una época en la que las señoras bien no trabajaban- y colaboradora de múltiples causas sociales. Renunció a desarrollar sus talentos al cien por cien, pero fue una renuncia consciente de todo lo que ganaba al lado de Juan Ramón. Fue su elección, una opción muy alejada del papel tradicional de esposa de escritor anulada -y obnubilada- por la celebridad del marido.
En la presentación de Las republicanas "burguesas", la escritora Laura Freixas comentó con agudeza, que le sorprendía que Zenobia Camprubí no hubiera hecho autocrítica ni se lamentara ni un segundo de haber perdido quizás sus propias oportunidades por facilitar la creación de Juan Ramón.  Carmen Baroja, por el contrario, sí manifestó en sus memorias su malestar y hasta amargura por no haber podido dedicarse al arte y la literatura como sus hermanos varones. Pero sus trayectorias no son iguales. Zenobia no se lamentaba de su vida porque había intentado siempre vivirla plenamente. Carmen Baroja, por el contrario, hubiera querido vivir otra vida. Ahí residía la diferencia.
No obstante, no sería lógico dar la vuelta a la tortilla y convertir a Zenobia en un icono del feminismo y de la liberación de la mujer, y menos aún trasladar su modelo a estos tiempos. Fue una adelantada a su tiempo, sí, y su vida fue en cierto modo privilegiada, pero no es un modelo universal a seguir. No en nuestro tiempo.


sábado, 26 de septiembre de 2015

La figura de Manuel Batolomé Cossío en su correspondencia

La reciente publicación de Manuel B.Cossío a través de su correspondencia, 1879-1934, de Ana María Arias de Cossío y Covadonga López Alonso, rescata un tiempo histórico en el que este gran pedadogo y continuador de la obra de Francisco Giner de los Ríos fue una figura clave.
Adjunto un enlace del video de la presentación del libro en junio de este año en la Residencia de Estudiantes, con la intervención de las autoras. La obra, como explicó Ana María Arias de Cossío, nació al entregarle su tía Natalia Cossío esta ingente correspondencia para que la estudiara y la editara tras suprimir algunos párrafos de carácter íntimo. Un gran testimonio del creador de las Misiones Pedagógicas, con su excelente cosecha de bibliotecas rurales, algunas de ellas puestas en marcha por María Moliner. sin olvidar en medio de tantas empresas intelectuales, su dedicación al estudio de la pintura y en  particular a la obra de El Greco, de quien era un gran experto.





http://www.edaddeplata.org/edaddeplata/Actividades/actos/visualizador.jsp?tipo=2&orden=0&acto=6209.

lunes, 7 de septiembre de 2015

La ópera María Moliner en la primavera de 2016

El director de escena Paco Azorín, en una entrevista para Elconfidencial en la que hablaba ayer de sus próximo proyectos musicales y su interés por la ópera y la zarzuela, explica el atrevimiento que le llevó a crear la ópera María Moliner. Esta ópera se estrenará en el teatro de La Zarzuela de Madrid en la primavera de 2016.





Así explica la génesis de su proyecto: 

"Un buen día doy con una biografía de Inmaculada de la Fuente sobre el personaje. Sabía muy poco de María Moliner. Sabía, como todo el mundo, que era la autora de un diccionario. Siempre la tenía en la estantería: María Moliner en dos tomos. Descubrí que hay un personaje fascinante detrás y muy representativo del siglo XX. Un siglo que ha tenido dos guerras mundiales, una Guerra Civil en España tan dura que sufrió en carne propia… Me dio la sensación de que ahí estaba la vida de una mujer completamente apasionante y desconocida. Supongo que por eso me entró la necesidad de reivindicar esos personajes tan maravillosos del siglo XX que han quedado eclipsados, sobre todo si hablamos de mujeres.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Un recuerdo para la autora de "Nada" : Carmen Laforet o la indecisión

Es el aniversario del nacimiento de Carmen Laforet, nacida el 6 de septiembre de 1921. Casi centenaria ya. Novelista de una novela deslumbrante y de relatos y novelas cortas espléndidas. Y de otras novelas que ella trató de que fueran mejor que "Nada" pero que para los lectores se quedaron detrás de su primera gran novela.
Se ha dicho que Laforet es de esa estirpe de novelistas de una sola novela, como Juan Rulfo. En parte sí, aunque ella sí escribió otras más. Pero también es cierto que "Nada" es la más destacada y que la misma autora se fue despidiendo de la escritura al mismo tiempo que trataba de seguir en la brecha. Se ha hablando ya de los fantasmas de Carmen Laforet, de la tensión entre su deseo de progresar en su obra y su necesidad de vagabundear y de sentirse libre. Se ha dicho que fue una escritora a la fuga. Y hoy pienso que fue también indecisa, dubitativa, insegura: todo lo que no le convencía lo iba tirando, quemando, aniquilándolo. Fue un proceso de desafecto hacia la escritura misma y a la vez el inicio de una enfermedad depresiva que la llevó a la desconexión y al silencio.
He escrito un estudio biográfico amplio sobre Carmen Laforet en "Mujeres de la posguerra". Y un artículo publicado en la revista literaria CLARÍN: "El silencio roto de Carmen Laforet".
Aunque ya he publicado en este sitio el enlace, vuelvo a adjuntarlo.

Dos citas de Las republicanas "burguesas" en dos entrevistas a la escritora Lourdes Ventura

A la escritora y crítica literaria de El Cultural le ha gustado el libro de Las republicanas "burguesas" (Punto de Vista Editores/Sílex), No en vano lo ha recomendado como lectora de verano en dos entrevistas que la hicieron al inicio de las vacaciones. Adjunto los enlaces

:http://salamancartvaldia.es/not/90553/-el-fracaso-de-la-educacion-es-tambien-el-del-futuro-/



http://revistas.educa.jcyl.es/revista_digital/index.php?option=com_content&view=article&id=3158&catid=30&Itemid=82







En las imágenes Matilde Ucelay, primera española que consiguió el título de arqutecto, expedientada en el franquismo, imagen de la portada de Las republicanas "burguesas" (Zenobia Camprubí) y María Brey, bibliotecaria depurarada y "desterrada" a Huelva hasta recuperar su plaza.

viernes, 12 de junio de 2015

Isabel Oyarzábal de Palencia

Aniversario del nacimiento de Isabel Oyarzábal de Palencia (Málaga, 1878-México, 1974), escritora, feminista y socialista. Tras el golpe militar de 1936 que el Gobierno no consiguió frenar y que aunque no triunfó desencadenó la Guerra Civil, Isabel Oyarzábal fue enviada a Suecia como ministra plenipotenciaria para sustituir al embajador, afín a los golpistas. La biografía de Isabel Oyarzábal esta incluida en Las republicanas "burguesas" (Punto de Vista Editores/Sílex, Madrid, 2015)









Cito el primer párrafo del retrato de Isabel de Oyarzábal que aparece en Las republicanas "burguesas":


Hay vidas que además de ser lo que son, evocan atmósferas colectivas.
Con sólo nombrarlas se puede captar el sentir de su
generación. Su propia historia se nutre de trazos generacionales
comunes en los que confluyen otras peripecias vitales. Isabel
Oyarzábal Smith (Málaga, 1878-México, 1974), conocida como
Isabel de Palencia tras adoptar el apellido de su marido, o como
Ella Palencia dentro de su círculo íntimo, formó parte de la minoría
de mujeres que alcanzó relevancia durante la Segunda República,
a pesar de que desde un punto de vista biográfico se la
podría situar en una generación anterior, la del 14 del siglo XX. O
incluso con algunas reminiscencias de la del 98.En el fondo, hubo
muchas mujeres e identidades en Isabel o Ella Palencia. Tantas
que hasta utilizó el seudónimo de Beatriz Galindo para firmar
las Crónicas Femeninas que publicó en El Sol. La suya fue una vida
intensa, versátil y difícil de clasificar. Ya desde su juventud experimentó
una especie de carrera contra reloj para llevar a cabo sus
múltiples proyectos. Su biografía sugiere que hubo otras formas
de ser mujer en España en el primer tercio de siglo XX.

jueves, 28 de mayo de 2015

Presentación de Las republicanas "burguesas"

El 21 de mayo presenté el libro Las republicanas "burguesas" en la librería madrileña Marcial Pons. En realidad fue la editorial Punto de Vista Editores, inicialmente digital, la que se presentó a los lectores con sus primeros títulos en papel (entre ellos Las republicanas "burguesas") en coedición con Sílex. Adjunto un resume de mi intervención en la presentación. Un acto en el que me sentí acogida y rodeada de amigos.








Este es un libro que se ha ido haciendo casi solo; un libro que no sabía que iba a terminar siendo un libro, a pesar de ser rabiosamente personal. Tampoco sabía que iba a tener este título un poco provocativo, transgresor y en algunos casos hasta paradójico, Las republicanas "burguesas". Aunque el título sí estaba en mi cabeza desde hace años. Era cuestión de que el título y el libro se encontraran. Y la oportunidad llegó cuando J.L. Ibáñez me  propuso que publicara en Punto de Vista Editores, hermana menor de Sílex, aunque sea una empresa independiente, y en principio dedicada solo al libro digital. Aunque finalmente, algunos de sus títulos hayan pasado a ser también libros impresos, como Las republicanas "burguesas". 

Como sabéis, el libro contiene catorce retratos o biografías de mujeres relevantes que he publicado previamente en la revista literaria de Oviedo, CLARÍN. Estos textos, una vez seleccionados, han sido revisados y completados para adecuarlos al libro. Cuando escribí la semblanza, de Constancia de la Mora Maura, ni siquiera pensaba que acabaría escribiendo una veintena más, y que, lo que  iba a ser un solo artículo terminaría siendo una relación "estable" con CLARÍN. Todo empezó, como decía, con Constancia de la Mora. A raíz de publicar su biografía y la de su hermana Marichu en La roja y la falangista. Dos hermanas en la España del 36 (Planeta, 2006), el personaje de Constancia, Connie, siguió interpelándome. Cuando se publica un libro suele quedar un eco, Una necesidad de explicar algo más el personaje, o incidir en ciertos aspectos que, a pesar de estar claros en el libro, no todos los lectores lo ven. Así que necesitaba sintetizar, una vez más, la figura de Connie de la Mora. Y más cuando Constancia concita afinidades y rechazos. Para algunos es un icono, una muler que saltó de la holgada vida de nieta de Maura a republicana de izquierdas; para otros era una conversa con todos sus defectos y, cuando entró en el PCE, iniciada ya la Guerra Civil, una estalinista obediente. Así que escribí esta semblanza que aparece en Las republicanas "burguesas", en el que ya adelanto que ella logró tan comunista como burguesa.

Meses después leí la primera parte de los Diarios de Zenobia Camprubí que, a mi juicio, ponían en duda que fuera la mujer sumisa y dependiente que algunos han señalado. Porque una cosa es que Juan Ramón fuera absorbente y neurótico y otra que ella, aún aceptando su papel de esposa, secretaria y traductora, redujera su vida a eso, o no se rebelara. Se rebelaba, ahí está su voz en sus Diarios. Así que escribí un segundo artículo para CLARÍN sobre Zenobia Camprubí. Y luego sobre Mercè Rodoreda, y muchas otras....Y cuando llevaba diez o doce retratos me di cuenta que había ya un libro en ciernes. 

Y por qué "burguesas"? Porque algunas son burguesas y republicanas de libro, como la propia Connie; o como Isabel Oyarzábal de Palencia, una "burguesa" de actividad incansable, socialista por elección. Otras, evidentemente, no fueron tan burguesas, pero sí de clase media. Josefina Carabias, por ejemplo, nació en Arenas de San Pedro (Ávila) y sus padres eran propietarios rurales, podría decirse que venía de una familia de la "burguesía rural". Y María Moliner y su hermana Matilde eran hijas de médico, pero cuando el padre  se marchó a Argentina pasaron por penalidades económicas. Así que burguesas en sentido estiicto, pues no, para nada. Ahora bien, en ningún momento renunciaron a ir a la Universidad -con lo fácil que era a principios del siglo XX dejar de ir a la Universidad si se era mujer y no había dinero-, porque para las hermanas Moliner estudiar estaba en su ADN, era irrenunciable. 
Al unir republicanas y burguesas pongo el foco además, no en las clases populares que saludaron la llegada de la Segunda República, sino en las clases medias innovadoras  y cultas que la apoyaron y la alentaron desde los periódicos y las tribunas culturales Las clases progresistas y moderadas, en definitiva, que valoraban la educación y que permitieron que sus hijas y no solo sus hijos estudiaran. La clase social que aunque leyera a Galdós, no se identificaba con la España galdosiana sino con esos vientos de laicismo  y modernidad que traía la Institución Libre de Enseñanza. Esa España que necesitaba engancharse de una vez al tren de la modernidad. En ese sentido la Segunda República no se limitó a relevar a una agotada Monarquía predemocrática, sino a impulsar reformas, la puesta en marcha del reloj histórico, el rescate de la modernidad. Reformas para las mujeres como la del derecho al voto que lideró Clara Campoamor. Y otras reformas pendientes.
No es el momento de analizar ahora los logros y fallos de la Segunda Repúblcia, pero suscribo las palabras que Maruja Mallo dijo a su vuelta del exilio en una entrevista de 1977: "La noble República fundada por prohombres de aquella hora, y que tanto hizo por la cultura, el arte, la ciencia, la justicia social, había nacido en un momento anacrónico y desarmada, mientras a nivel mundial se preparaban mayores conflictos. Ese conjunto de humanistas fue atropellado por traición cainita y poderes extranjeros, ante la indiferencia de una Europa que no creía disfrutar tan pronto de una guerra".

Una de las claras apuesta de la Segunda República fue la educación.. No hay que olvidar que al principio del siglo XX el analfabetismo era del 70%.  Y uno de sus proyectos más queridos fue la creación de las Misiones Pedagógicas, cuyo objetivo era llevar los libros y la cultura a los pueblos. María Moliner se involucró a fondo en las Misiones Pedagógicas y recorrió la periferia valenciana para crear bibliotecas rurales que aunque solían estar en las escuelas, eran para niños y adultos. Los libros que llevaba se quedaban en depósito, no se regalaban, y cuando ya los habían leído, llegaban lotes nuevos. En un texto conocido como Instrucción para el servicio de las pequeñas bibliotecas Moliner se dirigía así a los nuevos bibliotecarios de los pueblos:

No, amigos bibliotecarios, no. En vuestro pueblo la gente no es más cerril que en otros pueblos de España ni que en otros pueblos del mundo. Probad a hablarles de cultura y veréis cómo sus ojos se abren y sus cabezas se mueven en un gesto de asentimiento, y cómo invariablemente responden: ¡Eso, eso es lo que nos hace falta: cultura!

Pues eso, cultura. Ese es espíritu que recorre el libro.
 El espíritu de Las republicanas "burguesas".

martes, 12 de mayo de 2015

Republicanas, ilustradas...y ¿burguesas?

Una entrevista en nuevatribuna.es sobre mi último libro, Las republicanas "burguesas", publicado recientemente en edición impresa, además de la versión digital de 2014.



http://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/republicanas-ilustradas-y-burguesas/20150508095806115713.html



viernes, 17 de abril de 2015

Libros escritos, libros vividos

Empieza la semana del Libro....Porque ya no es solo la fecha del 23 de abril, sino la víspera y la antevíspera...Desde hace unos años, siempre hay uno o dos libros que me acompañan en estas fechas. Algunos, los primeros que publiqué, empiezan a alejarse: la novela Años en fuga (2001) y el ensayo Mujeres de la posguerra: De Carmen Laforet a Rosa Chacel, historia de una generación (2002). Todavía sobrevive en algunas librerías, sin embargo, La roja y la falangista: Dos hermanas en la España del 36 (2006). Pero, sobre todo, tengo muy presente mis últimos libros: El exilio interior. La vida de María Moliner (Turner, 2011) y el que está llegando a las librerías, Las republicanas "burguesas" (Punto de Vista Editores, 2015), aunque la edición digital lleva meses en el mercado.
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martes, 14 de abril de 2015

Amigas y republicanas

El libro Las republicanas "burguesas" (editado como ebook y a punto de publicarse en edición impresa por Punto de Vista Editores) me ha dado la oportunidad de evocar a un puñado de mujeres excepcionales identificadas con la Segunda República o que crearon su obra en ese periodo. Ninguna era una desconocida para mí, ya que había escrito previamente de ellas. En especial de María Moliner, Constancia de la Mora y Merè Rodoreda, de quienes ya había escrito en anteriores libros. Sinembargo, en Las republcianas "burguesas", hay un personaje nuevo, Zenobia Camprubí, que aglutina, por su dinamismo y sus vínculos de amistad a la mayoría de las otras mujeres biografíadas. Camprubí fue amiga personal de Constancia de la Mora y de Isabel Oyarzábal de Palencia, con quien había formado parte de la junta directiva del Lyceum Club femenino, creado en 1926 y presidido por María de Maeztu. Al mismo tiempo, Zenobia Camprubí era un referente para otras de las republicanas de la burguesía ilustrada. Con Carmen de Zulueta, Josefina Carabias (alojada en la Residencia de Señoritas mientras cursaba Derecho), María Moliner y su hermana Matilde Moliner, le unía el vínculo de la Instiutución Libre de Enseñanza. Con Matilde Ucelay, primera mujer arquitecta, y nacida en una familia ligada al mundo cultural y teatral que recibía a menudo entre sus amigos a Federico García Lorca, la vinculación, aunque indirecta, era también clara. Al final, este pequeño mosaico de mujeres republicanas de ascendencia burguesa o peteneciente a la clase media culta, formaban un universo de fe en el progreso y en la libertad. No podemos entender el faro que supuso para ellas el marcho republicano. La República fue ante todo una alegoría de la mejor política, más allá de ser un Régimen específico. La historia ya ha condenado a los que de modo directo o indirecto se empeñaron en reventar aquel proyecto democrático. La democracia está más arraigada en nuestros días que entonces y no tiene demasiado sentido reivindicar de forma literal aquel tiempo perdido. Pero es saludable rescatar su espíritu y rendir homenaje a la lealtad de Zenobia Camprubí, María Moliner, Isabel Oyarzábal, Josefina Carabias, Constancia de la Mora, Mercè Rodoreda, Carmen de Zulueta, Remedios Varo, Matilde Ucelay, María Brey y tantas otras que defendieron sus principios antes que su conveniencia.



De arriba abajo, imágenes de Isabel Oyarzábal, Mercè Rodoreda, Constancia de la Mora, Matilde Ucelay, Zenobia Camprubí (cubierta de Las republicanas "burguesas") y las hermanas María y Matilde Moliner.

domingo, 22 de febrero de 2015

Francisco Giner de los Ríos, maestro de María Moliner

Cien años ya. Se conmemora el centenario de la muerte de Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza. Giner de los Ríos y su estrecho colaborador Manuel B. Cossío fueron los primeros referentes intelectuales de María Moliner. Alumna de la Institución Libre de Enseñanza, la sede de la calle del Obelisco, en Madrid, Moliner  pasaría poco tiempo por sus aulas, pero mantendría una relación cercana con Cossío, su principal mentor en sus años de juventud. En 1915, cuando falleció don Francisco, María Moliner y sus hermanos habían dejado Madrid para volver a Aragón, la tierra de su madre. Esta confiaba en que al estar cerca de los suyos y al disponer de una casa de  verano, el Molino, podría paliar mejor que en Madrid las estrecheces en que les había dejado su marido al marcharse a Argentina. El recuerdo de la ILE era tan intenso que los hermanos Moliner se sintieron conmocionados cuando leyeron en la prensa que había muerte don Francisco. Y no tardaron en enviar una carta de pésame a sus antiguos profesores, tal como recojo en "El exilio interior: La vida de María Moliner" (Turner, 2011).
La carta, fechada en Zaragoza el 21 de febrero de 1915, escrita con la solemnidad con la que los niños y adolescentes que eran se refieren a los acontecimientos importantes, dice así:
"Estimados profesores: Ha venido a nuestro conocimiento la muerte de don Francisco, por cuya causa damos a Uds el pésame, y al hacerlo así nos lo damos a nosotros mismos y a España entera.
[...] El sentimiento que experimentamos es difícil de expresar, pues sin ser igual que el que se experimenta por la pérdida de un ser con el que nos unieran vínculos de parentesco, es sin embargo, por lo menos tan intenso como éste.
Reciban el afecto de sus discípulos.
Enrique Moliner
María Moliner
Matilde Moliner


Sus discípulos. Así se sentína. No en vano esos años de formación en la ILE fueron decisivos para la futura lexicógrafas y sus hermanos, especialmente para Matilde, la pequeña, que fue quien asistió con regularidad a las clases del olegio de la calle del Obelisco, hoy de Martínez Campos.



domingo, 1 de febrero de 2015

Lola González: el coraje y la dignidad frente a la sinrazón

Ha muerto Dolores González Ruiz, abogada y superviviente de la matanza de Atocha. Ha muerto de cáncer de pulmón, a los 68 años, después de haber estado a punto de morir muchas veces. Y no solo en el atentado de Atocha. Estuvo a punto de morir de depresión, de inanición, o de dolor -en el fondo, todo era lo mismo-, y, sin embargo, resistió, peleando por la vida por dignidad, aunque una parte de ella fuera muriendo año tras año de pena.
 Su historia personal ha estado plagada de pérdidas cruciales, un tributo a la fatalidad y también a su compromiso antifranquista. Un compromiso político que adquirió en sus años de Derecho, en la década de los sesenta del siglo XX. Su novio, el también estudiante Enrique Ruano, murió en extrañas circunstancias en 1969: detenido por repartir propaganda ilegal (es decir por hacer oposición a la dictadura), incomunicado durante tres días y acorralado por la policía cuando le llevaba a registrar el piso  de un amigo, trató de escapar por una ventana y perdió la vida. En ese momento, Dolores González estaba también detenida. El caso Ruano ha hecho correr ríos de tinta, y su muerte -escandalosamente impune- marcó la memoria de los universitarios madrileños de la época: muy pocos se creyeron la versión oficial de que se había suicidado, y en numerosos textos se habla, cuando menos, de muerte inducida. La pérdida de Enrique Ruano supuso el primer mazazo para Dolores González, Lola, como la conocían sus amigos. Fue también el primer eslabón que la llevó a la depresión. Años después, Dolores González se casó con Francisco Javier Sahuquillo, uno de los letrados asesinados en Atocha.Ella sobrevivió de sus heridas físicas, aunque le quedaron importantes secuelas que la llevaron varias veces al quirófano. Pero además de víctima de atentado, tendría que vivir con el dolor inmenso de saber que le habían vuelto a matar a su pareja.
Hace bastantes años, en 1987, quise entrevistarla para el periódico en que trabajaba. Lola no quería entrevistas, no quería revivir nada, porque su relato ante la periodista no le iba a reportar más que dolor y rabia. Supondría un nuevo despojamiento y rememorarlo no le iba a devolver a Enrique ni a Francisco Javier Sahuquillo. No quería entrevistas y solo mantuvo una breve conversación telefónica por cortesía. Vivía entre Madrid Santander, donde tenía vínculos familiares, y había aceptado vivir de forma plana, sin demasiadas metas personales y sin grandes planes. "A mí me han desbaratado mis planes personales sitemáticamente", confesó. Contó asimismo que una vez superadas las heridas causadas en el atentado, le sobrevino una nueva y devastadora depresión en los ochenta. No tenía ganas de vivir ni de alimentarse. Fue ingresada en el hospital y de nuevo luchó por sobrevivir. Decidió vivir por dignidad, caminando sin ganas por una historia, la suya, que merece la pena ser recordada. "Morirse no es tan fácil", reconoció durante nuestra quizás no tan breve conversación. Sobrevivió al atentado y al dolor, aunque en el fondo no los superara  La fecha de esa muerte la marcó la enfermedad, una metáfora de tantas desdichas vividas.
Respetada y respetable Lola, adiós. Tu historia es demasiado terrible y grande para que pueda morir, pero tú mereces descansar en paz. Con honor, porque la democracia se hizo con gente como tú. Aunque evidentemente, la democracia no necesitaba tanto dolor, tu dolor y el de tantos.





Adjunto el enlace del artículo que escribí en EL PAÍS como consecuencia de la conversación que mantuve con Dolores González en los meses en que se presentaba como candidata al Parlamento Europeo por IU.
http://elpais.com/diario/1987/06/18/ultima/550965603_850215.html




miércoles, 21 de enero de 2015

Constancia de la Mora y Andreu Nin

Constancia de la Mora Maura (Madrid, 1906-Guatemala, 1950) es un personaje admirado, casi una figura de culto, para lectores, historiadores y feministas que han hecho de su autobiografía, Doble esplendor (In place of Splendor, en su edición norteamericana de1939) un icono. (Incluso a sabiendas de que De la Mora necesitó la colaboración externa para finalizar y publicar sus memorias en Estados Unidos). Como jefa de la Oficina de Prensa Extranjera del gobierno republicano durante la Guerra Civil fue también una figura competente y respetada por parte de los corresponsales de guerra. Pero Constancia de la Mora es también un personaje controvertido, en parte por su personalidad dominante y avasalladora, pero sobre todo por las acusaciones de sectarismo que se han vertido sobre ella (y que le valió la enemistad de su antigua amiga, Zenobia Camprubí) como disciplinada comunista, hasta el punto de insinuarse que pudo formar parte de los servicios secretos soviéticos o colaborar con ellos. Esta supuesta participación como agente secreto, sin embargo, no ha sido demostrada, aunque a más de uno le tiente convertir a esta republicana de clase alta afiliada al PCE en espía soviética. Cuando investigué estos y otros aspectos de De la Mora para La roja y la falangista. Dos hermanas en la España del 36 (Planeta 2006), traté este tema con su primo, el escritor Jorge Semprún Maura (verdadera identidad, como es sabido, de Federico Sánchez), y él también descartó  que su prima Connie de la Mora hubiera sido reclutada como agente. Ciertamente, cualidades no le faltaban: sabía varios idiomas, le gustaba viajar y tenía clase....Pero era demasiado ella misma para recibir órdenes, a pesar de su lealtad comunista, por lo que de haberle sido encomendada alguna misión por parte de sus jefes comunistas (lo que no está acreditado), se trataría de algo esporádico o circunstancial.
Pero a Constancia de la Mora se la involucra también indirectamente en el asesinato por parte de los servicios secretos soviéticos, dirigidos por el general Orlov, de Andreu Nin, lider del POUM, partido marxista de tendencia trostkista, al que Stalin ordenó liquidar. Es el asunto más turbio y grave con el que se la relaciona, y todo ello porque se ha publicado que Nin fue torturado hasta la muerte en un chalé de Alcalá de Henares que usaban de vez en cuando como segunda vivienda el general Hidalgo de Cisneros, marido de Constancia de la Mora, y ella misma. Lo que sucede es que, de momento, no existen pruebas que la involucren en este hecho execrable.
Es evidente que el secuestro y asesinato de Nin fue uno de los episodios más oscuros que empañaron la actuación del Gobierno republicano durante la Guerra Civil, aunque solo fuera por omisión: Un hecho que ejemplifica la división de la izquierda, el encono entre el PCE y el POUM y, como guinda envenenada, el insoportable peso soviético en una guerra a la que los agentes enviados habían venido a ayudar y no a manipular ni dirigir. Entra también dentro de lo posible que Constancia de la Mora, bien por sí misma, como responsable de la Oficina de Prensa extranjera o a través de su marido, militante comunista relevante, tuviera alguna información sobre este hecho truculento, o que recabara datos que pudo o no recibir, o que pudo o no difundir. Pero eso no la señala ni como cómplice ni como instigadora. Ni siquiera su probada obediencia al partido como reciente militante que era durante la Guerra Civil la hacen más responsable de los desmanes de Orlov que a otros miembros del PCE de la época, no menos estalinistas que ella.
Queda el tema del chalé de Alcalá de Henares. Pero ni siquiera se puede asegurar al cien por cien que el chalé utilizado como checa fuera el que usaba Hidalgo de Cisneros para pernoctar durante algunos periodos de la contienda. Cuando escribí La roja y la  falangista, una fuente me aseguró que el chalé de Hidalgo no disponía de sótano ni reunía condiciones para checa, y que es más que probable que fuera otro chalé cercano el utilizado para ese siniestro fin. No obstante incluso aunque algún día se demostrara que Nin murió en el chalé que usaba el matrimonio Hidalgo de Cisneros, no por ello se podía inferir que Constancia de la Mora estaba relacionada personalmente con el caso. Se podrían hacer conjeturas y pensar que los Hidalgo habían accedido a compartir su chalé con los servicios secretos, voluntariamente o por disciplina (no olvidemos que no era una casa de su propiedad, sino una vivienda facilitada por el propio Gobierno a Hidalgo), pero eso no demostraría que De la Mora estaba personalmente detrás de ese asesinato o los que pudieran haber acaecido en Alcalá de Henares.
Lo que sí es plausible es que Constancia de la Mora, al igual que otras personalidades más o menos relevantes o cuadros intermedios del Gobierno republicano, tratara o mantuviera relaciones de amistad con representantes soviéticos o agentes enviados a la contienda que, con el tiempo, adquirirían un protagonismo excesivo y peligroso. Eso le permitía saber cosas que quizás no aprobara o que tal vez sí aceptaba por tratarse de procedimientos "habituales" en una guerra...Pero de ahí a que encubriera decididamente cualquier atrocidad o que ella, como directora de la Oficina de Prensa extranjera, tuviera capacidad de decidir algún ajuste de cuentas habiendo tantos enlaces, agentes, policías y espías sueltos, resulta delirante.