viernes, 7 de junio de 2013

La Pobla de Mont-roig recuerda a María Moliner

He tenido noticia de que María Moliner cuenta con una calle en la Pobla de Mont-roig (Tarragona), muy cerca de la playa de la Pixerota, donde solía bañarse la lexicógrafa las pocas veces que abandonaba su dedicación al Diccionario de Uso del Español. Y donde acostumbraba a bañarse Joan Miró, según recuerda J. M. Martí Rom, buen conocedor de la trayectoria del pintor. Desde 1941 a 1974 María Moliner pasó los veranos en Pobla Oriola, un chalé sencillo que ella y su marido, nacido en Mont-roig,  adquirieron tras vender él una casa familiar recibida en herencia. Allí encontró María Moliner su paraíso, un mundo íntimo ajeno a la mediocridad de la Dictadura (1939-1975) que la había depurado y postergado como bibliotecaria. Y que a la postre le dio el empuje para rebelarse y empezar su magna obra a la edad de 51 años. 




Lo curioso -y sorprendente- es que María Moliner no ha recibido apenas homenajes en Madrid, la ciudad en la que escribió el Diccionario y en la vivió primero de niña y posteriormente desde 1946 a 1981. En estos años solo se ha producido el anuncio de que se impondría una placa en el último domicilio en el que residió. Solo eso.