martes, 26 de noviembre de 2013

Los múltiples espejos de Constancia de la Mora Maura

Sumario de Revista de Occidente (noviembre 2013, número 390):http://www.ortegaygasset.es/noticias/ampliada/986/revista-de-occidente-n--390---noviembre-2013

En este número publico un artículo sobre Constancia de la Mora, a quien ya biografié en "La roja y la falangista. Dos hermanas en la España del 36" (Planeta 2006).
                                                                 





domingo, 17 de noviembre de 2013

"El cuaderno dorado", libro de cabecera en los ochenta (siglo XX)

Lo primero que leí de ella fue "El cuaderno dorado". Un descubrimiento paralelo: su obra y lo que Doris Lessing representaba como sucesora de una saga no escrita de autoras, fuera Virginia Woolf, Marguerite Duras o Yorcenar.
No solo yo. Fue algo generacional. "El cuaderno dorado pasó a ser un icono". Y todos los demás libros de la autora en los que salía a flote la combativa y joven radical que había sido Doris Lessing en sus años de militante comunista; en sus años de mujer blanca que arriesgaba su vida en África para lograr un mundo más justo. Y luego, el proceso del doble desencanto personal/amoroso y político, lo que la llevó a abandonar la militancia y a denunciar el estalisnismo. "Al final de la tormenta", "Un hombre y dos mujeres" o "El último verano de Mrs. Brown" dan algunas pistas.
Después llegó la madurez, su consolidación como escritora, su traslado a Reino Unido... Pero siempre radical, siempre exigente, sin autocomplacencias. Y siempre austera, a pesar y más allá del Nobel.


(Doris Lessing ha muerto hoy, a los 94 años).



miércoles, 13 de noviembre de 2013

El narrador y el estilo: "Seda salvaje" /"Técnicas de iluminación"

Eloy Tizón es un excelente narrador, claro. Pero es también un orfebre de las palabras. Sus frases tienen música e intensidad. Puede ser exquisito o lacerante (o ambas cosas).Ya Conte dijo de él que era uno de los autores más originales, con una voz no solo propia sino única, o distinta. Y cualquier lector que le siga podría corroborarlo. Leí con placer "Seda salvaje" y ahora quiero adentrarme en "´Técnicas de iluminación", su última obra, un conjunto de cuentos en los que Tizón vuelve a sorprender con esa alianza radical que ha firmado con el lenguaje.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Mejor hoy que mañana/ Nadine Gordimer

La última novela de Nadine Gordimer, "Mejor hoy que mañana", incita a recordar la coherencia de esta autora como escritora y ciudadana. No suele mezclar literatura y política, pero en ella ambas realidades cohabitan. De hecho ambas se retroalimentan. Como autora persigue la ficción, el párrafo claro y preciso. Como defensora de los derechos humanos, ha corrido riesgos y se ha involucrado en la denuncia de la segregación en el pasado y en la defensa de la democracia en Sudáfrica. En esta novela los personajes están sacados de la inmediata actualidad, aunque su vuelo y evolución sean obra de la escritora. Una de las ideas que subyace es que los perseguidos pueden imitar a sus perseguidores cuando su situación se invierte, un hecho común en las sociedades humanas y también en la surafricana. Estos días portada de suplementos culturales y El Cultural publica una entrevista en la que autora muestra su lucidez y su compromiso con la literatura y la vida. Adentrarse en su obra es compartir la doble sabiduría literaria y vital que esta escritora universal atesora.

martes, 5 de noviembre de 2013

"Sefarad", Narva, y el maestro Pinillos



José Luis Pinillos es uno de los padres de la psicología moderna en España, junto con Mariano Yela. Ambos tuvieron como maestro a José Germain, impulsor de la psicología experimental en España tras el desastre de la Guerra Civil. Germain, vicedirector de la Escuela de Psicología y Psicotecnia era el eslabón que unía a  los pioneros Gonzalo Rodríguez Lafora y Emilio Mira, condenados al exilio y al ostracismo, y los nuevos investigadores formados en la posguerra: Pinillos, Yela, Siguán...
José Luis Pinillos (1919-2013) nació en Bilbao en el seno de una familia conservadora y en su adolescencia quiso ser escritor. La Guerra Civil modificó estos primeros sueños. Tenía 17 años cuando estalló la contienda, algunos de sus familiares fueron atacados por las milicias populares y él combatió al lado de los insurgentes. Tras la guerra, estudió Filosofía en Zaragoza, pero el clima bélico de la época volvió a atraparle y se enroló en la División Azul. Calaron en él las llamadas de Serrano Súñer y otros dirigentes falangistas para combatir el comunismo y librar de sus garras “a Occidente y al Cristianismo”.
Antonio Muñoz Molina relató en Sefarad cómo aquel soldado español voluntario en la División Azul descubrió en la ciudad báltica de Narva las razones de la hostilidad y desconfianza de la población civil hacia los alemanes. Estando de permiso, en un acto social al que había sido invitado por militares alemanes, él bailó con una hermosa chica pelirroja y esta le confesó el miedo que sentían los vecinos por las atrocidades cometidas. Supo así de las sistemáticas matanzas a judíos y empezó a abrir los ojos. "Había diez mil judíos y solo quedan dos mil", le informó la joven mientras bailaban, vigilada por su amante y dueño, un hombre de negocios que solía quedarse a buen precio con los negocios de los prisioneros judíos y que se prestaba a que los militares lo pasaran bien y bailaran con su querida. La vida de ella misma pendía de un hilo, ya que era también judía, aunque de momento la protegiera aquel hombre.
Probablemente el joven Pinillos que volvió de Alemania no era ya el mismo voluntario que se marchó meses atrás. Nunca olvidaría, le contó a su compañero académico, Muñoz Molina, aquel baile, ni muchos menos a aquella hermosa pelirroja de la que no supo más. Décadas después, aprovechando su viaje a Leningrado para asistir a un Congreso de Psicología, logró acercarse a Narva. Allí estaba el edificio del baile. Ni rastro de ella, claro. Podía ser una anciana cualquiera, podía haber sido una víctima más en aquellos días de hielo y barbarie.
Al regreso de Alemania, Pinillos reanudó Filosofía en Madrid, terminó la carrera en 1946 y obtuvo el doctorado en 1949. Su primer impulso fue orientarse hacia la investigación y buscó horizontes entonces en la psicología. Con este objetivo, amplió estudios en el Psychologisches Institut de la Universidad de Bonn am Rhein en 1949 y fue becario en el departamento de Psicología del Maudsley Hospital de Londres entre 1951 y 1953. En Londres tuvo la oportunidad de estudiar psicología con Eysenck, uno de sus maestros decisivos.