Carmen Laforet escribió el borrador de Nada entre la mesa camilla del comedor de la casa de su tía Carmen Díaz, donde residía, y la biblioteca del Ateneo madrileño, donde una estufa mantenía calientes sus manos y su aliento literario. Laforet se dio de alta en el Ateneo de Madrid el tres de noviembre de 1942, tras haber sido socia del de Barcelona, su carta presentación al afiliarse al de la capital. En Barcelona había vivido tres años y sus vivencias las volcaría, pasadas por el filtro de la ficción, a Nada, que escribiría en Madrid mientras, aparentemente, estudiaba Derecho. Laforet últimó Nada de enero a septiembre de 1944, una época en que se la veía mucho por el Ateneo de la calle del Prado. A través de un buen amigo he obtenido la fotocopia de su carné de ateneísta, un testimonio más de la inquietud que mostraba entonces la joven de 21 años que era Carmen Laforet. La Carmen Laforet anterior a Nada, esa novela que, al ganar el primer premio Nadal, cambió su vida y la de sus lectores.
Carmen Laforet escribió diversos relatos y novelas cortas en los años cincuenta que recogen bien el hollín de la posguerra y los anhelos de superación de los españoles de esa década. Novelas de largo aliento como La insolación (un título que también utilizó para una suya Emilia Pardo Bazán). La isla y los demonios, La mujer nueva, Al volver la esquina..., además de diversos epistolarios con Ramón J. Sender y Elena Fortún. desde luego Nada, la novela que cambió el paradigma narrativo en la literatura española.
Mostrando entradas con la etiqueta "Nada". Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta "Nada". Mostrar todas las entradas
miércoles, 22 de marzo de 2017
domingo, 23 de noviembre de 2014
Consuelo Burell
Su padre, Julio Burell, ministro de Instrucción Pública, completó el decreto de 1910 que eliminaba cualquier traba legal para que las mujeres accedieran a la Universidad, con una Real Orden que les permitía opositar a cátedras. Y ejercer cualquier profesión relacionada con el Ministerio de Instrucción Pública una vez que obtuvieran la titulación universitaria correspondiente. Ella, Consuelo Burell, se educó en el Instituto-Escuela, inspirado en las ideas de la Institución Libre de Enseñanza. Años más tarde, siendo ya catedrática de Lengua y Literatura, recaló en el instituto de Las Palmas, donde una adolescente algo salvaje, Carmen Laforet, se saltaba las clases de bachillerato para ir a sestear y vagabundear a la playa. Burell se cruzaba con ella a lo lejos al dirigirse al hotel en el que residía y acabó mandando recado a la joven a través de otras alumnas. Estaba muy contenta con sus redacciones, pero tendría que dejar vagabundear y empezara a asistir a clase si quería aprobar. Laforet, impresionada, no solo acudió a su clase, sino que ese primer día de vuelta asistió a a todas las que daba Burell en el instituto. La profesora se echó a reír, y ahí nació una amistad decisiva. Muchas de las lecturas de la autora de Nada fueron sugeridas por Burell. De ese modo, Carmen Laforet llegó a escribir su primera novela con una formación que le permitía no solo contar la posguerra de la Barcelona que ella misma vivía, sino trasmitir el nihilismo existencial de quien ha leído a autores que en aquel momento estaban proscritos en España. Eso explica también la paradoja que supuso la irrupción de Laforet en el panorama literario: una joven autora poco convencional que ganó el primer Nadal en un país paralizado por las convenciones y la derrota. Quizás algunas páginas de Nada se deban a la influencia de esos libros y autores que la librepensadora Consuelo Burell hizo descubrir a su alumna.
martes, 29 de julio de 2014
Los silencios de Carmen Laforet
De vez en cuando reaparece Carmen Laforet. Del pasado, del olvido, de la posteridad. Nada se sigue reeditando por todo el mundo, pero aun así, da la impresión de que su autora no existe. Murió, antes de morir, y no es lo bastante recordada. Hoy traigo aquí un texto que escribí hace años en la revista CLARÍN bajo el título El silencio roto de Carmen Laforet. Aunque en realidad, quien rompía silencio era su hija Cristina Cerezales al publicar Música blanca, textos e imágenes en torno a la muerte de su madre y los recuerdos y reflexiones que concitaron en ella su ausencia.
http://www.revistaclarin.com/1017/el-silencio-roto-de-carmen-laforet/
http://www.revistaclarin.com/1017/el-silencio-roto-de-carmen-laforet/
Suscribirse a:
Entradas (Atom)