jueves, 17 de enero de 2008
El ya no tan joven Marías
He leído bastante de Javier Marías, sin pretender pasar por fan ni por lectora empedernida del ya no tan joven Marías. Me estrené con El hombre sentimental (que en el fondo lo encontré muy alejado de lo que pretendía hallar) y seguí leyéndole en sucesivas entregas. Algunos de sus cuentos me fascinan y en conjunto, me gusta leerle, incluso con su sintaxis y meandros sinuosos. Me costó teminar el primer tomo de su última trilogía por mi escaso tiempo para leer seguido y por sus imposibles subordinadas, y también sus desmesuradas reiteraciones, bien escritas, eso sí. Pero el ya no tan joven Marías, es siempre una garantía de marca, un escritor esencialmente brillante, más allá de los aciertos narrativos de sus últimas obras. Se dice, sí, que su última trilogía ya no es ficción estricta, sino escritura transversal, y que a un primerizo/a no se le permitiría publicar híbridos. Ya. Pero es que a un escritor primerizo casi no se le publica nada, ni bueno, ni regular. Todo son excusas. Y al mismo tiempo hay que reconocer que Marías es mucho Marías, y a él, hombre de letras total, se le puede permitir casi todo.