sábado, 12 de julio de 2014

Juby Bustamante y Marichu de la Mora

Nos deja Juby Bustamante (1938-2014), referente del periodismo de la Transición y de los últimos años del siglo XX. Aunque no trabajé con ella, conozco a varios periodistas que se iniciaron bajo su magisterio, primero en el diario Madrid y luego en Cambio y Diario 16. Sé también que siendo jefa de prensa del ministerio de Cultura (con Javier Solana y Jorge Semprún) orientó a bastantes periodistas para que accedieran como responsables de prensa a diversos organismos e instituciones culturales que tenían vacante ese puesto en ese momento. Sin duda, repartía juego.
Tuve un inicial y breve contacto profesional con Juby Bustamante cuando ella era la directora de Comunicación del museo Tyssen y yo escribí un perfil de Tita Tyssen para EL PAÍS DOMINGO. Pero fue ya en torno a 2005 cuando tuve ocasión de conocerla de cerca mientras me documentaba para el libro "La roja y la falangista" (Planeta, 2006). A pesar de que Juby estaba ya medio retirada y con necesidad de descansar, accedió a verme en el Café Gijón para hablarme de Marichu de la Mora, la hermana falangista de Constancia. Maríchu había sido periodista de moda y fue durante un tiempo una de la colaboradoras con las que contó Bustamante. No tenían nada que ver pero, contra todo pronóstico, se hicieron amigas -amistad que se extendió al hijo cineasta de Marichu, Jaime Chávarri- e incluso viajaron juntas a Nueva York. Juby Bustamante me proporcionó una imagen positiva y evolucionada de Marichu de la Mora. Cuando ella la conoció era una mujer moderna y poco convencional y bastante alejada de la falangista que en su juventud perteneció al círculo íntimo de José Antonio y que años después mantuvo una complicidad especial con Dionisio Ridruejo antes de que este iniciara el tránsito a la democracia.
Mientras preparaba ese libro alguien del entorno de Marichu de la Mora me comentó que Juby había animado a su amiga y colaboradora a que escribiera sus memorias. Maríchu de la Mora las empezó a escribir en un cuaderno, pero el proyecto de editarlas perdió fuerza y finalmente quedó abandonado a la muerte de Marichu de la Mora, en 2001.