¿Es más creativo escribir la primera versión? ¿O la última? Las versiones intermedias, las correcciones, son sólo restos orgánicos de historias imposibles, abandonadas, amortajadas?
Es el eterno dilema: ¿se escribe sólo cuando se escribe, cuando se dispone de ese tiempo por delante para llevar a cabo lo soñado, o también cuando se respira y se piensa en esa historia por escribir, cuando se hacen pausas y la futura escritura se enriquece?
O dicho de otro modo más crudo: ¿Se escribe cuando no se puede o no se tiene tiempo para escribir (ficción) pero se escribe de otras cosas, en ocasiones ajenas a la literatura? El último premio Alfaguara ha dado una respuesta sugerente al ser preguntado sí podía vivir de la literatura: "No, de la literatura no, pero por fortuna, sí puedo vivir de la palabra escrita". Puede ser periodismo, puede ser incluso publicidad. En definitiva de la palabra y las palabras.