El infierno es ahora Haití. La Naturaleza es cruel y ciega. Ejerce el terror en sus formas más devastadoras. Indigna, por tanto, que el mal tenga tantos aprendices e imitadores, gente que teniendo ojos y siendo libres dediquen su vida a la destrucción. ¡Queda tanto por hacer!Me lo decía a los dieciocho años, seguí diciéndomelo en la década prodigiosa de los ochenta y lo sigo pensando hoy. Aunque ya no sepa si tiende sentido expresarlo. Si incluso queriendo cambiar el mundo (para bien) las cosas andan mal (o regular) ¿qué sentido tiene desperdiciar la vida haciendo conscientemente el mal?
Éste es uno de los años María Zambrano... Continúa la producción editorial. Ana Bundg, Clara Janés y alguna joya más que nos ha dejado Ullán alimentan la razón poética de la (no tan) discícula de Ortega.