domingo, 25 de abril de 2010

Lo que leo, lo que quisiera leer


Leemos porque no podemos evitarlo, es decir porque nos gusta. Es imposible leerlo todo, y más en estos tiempos en que se puede estar leyendo por placer, o por trabajo, o en función de algún interés. Además de algunos ensayos, estoy leyendo Quemar los días, de Salter, y Tierra desacostumbrada(difícil traducción) de Jhumpa Lahiri. Y quisiera leer Dublinesca (Vila-Matas) y Verano de mi admirado Coetze. Ya veremos, porque a veces el azar y la escasez de tiempo se cuela en tus propósitos.


LA PROSA DIARIA. Estoy bastante de acuerdo con el artículo de Andrés Trapiello en EL PAÍS de hoy. Es triste que, a pesar de la transición y de la ley de Annistía del 77, no se haya realizado aún una catarsis para integrar a todas las víctimas de la Guerra Civil en unas solas víctimas de la barbarie y la insensatez nacional. Me refiero a las víctimas que cayeron en el campo de los sublevados y vencedores y las que combatieron o defendieron la legalidad republicana y que aún no han sido reconocidas ni enterradas de forma piadosa. Es increíble que haya quien se moleste porque haya familiares pidiendo un entierro digno (cuando se pida por la familia y sea posible) y es indignante que se diga que hubo víctimas (y verdugos) en ambos lados no para apiadarse de todos sino para justificar que no se honre a las víctimas de la República. La Iglesia (jerarquía) y la derecha no franquista tendrían que haber liderado junto con la izquierda este reconocimiento de todas las víctimas que una un poco aguada Ley de la Memoria histórica intenta llevar a cabo a una velocidad tan lenta como irritante.
Por otra parte, no hay que olvidar que tras la victoria, el régimen siguió persiguiendo, encarcelando, condenando sin garantías e incluso matando a gente diversa sólo por haber apoyado la legalidad republicana o por no haberse sumado a los sublevados (que por cierto se rebelaron contra las libertades y la legalidad vigente). Necesitamos mirar con serenidad a nuestra historia y con humanidad y comprensión a la locura de nuestros antepasados(y el sufrimiento que generaron en quienes no quisieron la guerra y la padecieron)