viernes, 7 de marzo de 2008

Elegir y elegir

He aquí en ciernes una elección. No hay dilema, aunque el acto de elegir lleve consigo siempre alguna duda. Aquí el dilema es muy ligero, inexistente. Hay que elegir entre dos hombres y sus respectivos programas, y ambos no son precisamente unas lumbreras. Tienen defectos, y algunas virtudes, pero ni ellos ni sus objetivos son equiparables. Hay un apreciable desnivel. Uno de ellos quiere revalidar su puesto: ha cometido errores, ha improvisado en más de una ocasión, pero su balance no es, finalmente, negativo. ¿Y el otro, qué ofrece? Durante varios años ha estado diciendo No a todo lo que hacía el otro. No ha habido ponderación, ni medida. Cambiar para ir a mejor, es lógico; cambiar para dejar lo andado e ir, supuestamente, al camino opuesto, ¿tiene sentido?
No es una elección atractiva, pero al mismo tiempo es necesaria.
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Entiendo que haya una visión conservadora de la vida. Entiendo que haya ciudadanos con una visión de derechas. Pero, ¿por qué han crecido últimamente las posturas ultramontanas en todas o casi todas las facetas? ¿A quiénes les interesa que aumente el sectarismo? Por ejemplo, ¿qué les pasa ahora con Educación para la Ciudadanía? Vivimos una época intolerante, asistimos a un reverdecer de un racismo de baja intensidad o blando, justamente cuando la ciencia ha demostrado que el concepto racial es obsoleto, y la igualdad legal y pública entre hombres y mujeres no se ha interiorizado en determinados sectores. Entonces, ¿por qué no se puede enseñar esta asignatura, tan necesaria, en los colegios? ¿Sólo pueden enseñar normas de convivencia los padres?; ¿sólo puede enseñar moral la Iglesia (¿y qué Iglesia?, porque la única que hace ruido ahora es la ultraconservadora; si el padre Llanos resucitara se moriría de pena, y probablemente le ocurriría lo mismo a Juan XXIII). ¿No se puede sumar la formación de los padres, más la ciudadana, más la religiosa quien así la quiera? En fin... Las visiones pueden ser diversas, infinitas, pero si al final se suman y todas las que proceden de una misma posición son descalificadoras o intransigentes, habrá que preguntarse adónde quieren ir los conservadores y lo que es más grave, adónde quieren llevar a sus conciudadanos.