viernes, 27 de mayo de 2011

Leonora Carrington, la última superviviente del surrealismo


Ha muerto Leonora Carrington, la última surrealista. Tenía 94 años, pero su fuerza de superviviente era tal que daba la impresión de que iba a ser inmortal. Lógicamente, no ha sido así, pero habría sido el perfecto acto mágico que acompañaría a esta pintora inclasificable. Se inició en el surrealismo en su juventud, junto a Max Ernst, y vivió en el París feliz hasta que la ocupación nazi lo hizo invivible. Se refugió en uno de los peores lugares: la España de la posguerra, y de esta etapa desquiciada y catárica salió a la luz otra Leonora Carrington, despojada de fantasmas del pasado y abierta a nuevos lenguajes. Escritora, pintora, escultora, la gran dama surrealista pasó gran parte de su vida en Mexico. Allí ha muerto. Sobrevive el icono.


Y leo estos días Sinrazones del olvido, publicado en Icaria. Son diez retratos de cinco escritoras (Isabelle Eberhardt, Jean Rhys, Dorothy Parker, Maeve Brennan y Natalia Ginzburg) y cinco fotógrafas (Anna Atkins, Frances Benjamin Johnston, Berenice Abbott, Lee Miller y Gisèle Freund) que vivieron y crearon en los siglos XIX y XX. Un libro oportuno escrito por Isabel Núñez y Lydia Oliva. Me sumerjo en especial en las vidas de Dorothy Parker, Jean Rhys y Natalia Ginzburg, las más próximas para mí, pero sigo leyendo y me atrapa Maeve Brennan. Una recuperación excelente en la que Núñez disecciona además cómo los prejuicios de las críticos hacia algunas creadoras, como Parker, convierten su vida privada en elemento devaluador de su obra, lo que jamás se extrapola a escritores y artistas. Sea cuál sea su vida, jamás se cuestiona su obra en función de ella.

lunes, 9 de mayo de 2011

La resaca de La Noche de los Libros


Fue una noche especial, en la que la mayoría veía el Gran partido por la televisión y unos pocos firmábamos o comprábamos libros. Una buena noche que yo viví en la librería Ecobook, firmando ejemplares de mi biografía sobre María Moliner (El exilio interior. La vida de María Moliner (Turner, 2011).

Ourika. Leo estos días un libro curioso y lleno de encanto. Un relato que escribió Claire de Duras (1777-1828) basado en una historia real que me ha conmovido. Una historia sobre la identidad. Ourika fue una niña africana rescatada de la esclavitud. La familia francesa que se hizo cargo de ella, la educó como a una hija, pero ahí estaba el quid: "como" una hija, pero sin el estatus legal de hija. Así fue como una niña feliz se convirtió en una adulta dividida, una rareza. Por su color de piel y por no ser hija a todos los efectos, no podía aspirar a un matrimonio por amor y elección y de acuerdo con su clase. Su destino fue el convento, pero antes fue el descubrimiento terrible de su no ser de ninguna parte y la enfermedad. Claire de Duras ofrece un retrato literario y humano muy sugestivo en esta novela corta que ahora se ha vuelto a editar (Sexto piso).