domingo, 22 de febrero de 2015

Francisco Giner de los Ríos, maestro de María Moliner

Cien años ya. Se conmemora el centenario de la muerte de Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza. Giner de los Ríos y su estrecho colaborador Manuel B. Cossío fueron los primeros referentes intelectuales de María Moliner. Alumna de la Institución Libre de Enseñanza, la sede de la calle del Obelisco, en Madrid, Moliner  pasaría poco tiempo por sus aulas, pero mantendría una relación cercana con Cossío, su principal mentor en sus años de juventud. En 1915, cuando falleció don Francisco, María Moliner y sus hermanos habían dejado Madrid para volver a Aragón, la tierra de su madre. Esta confiaba en que al estar cerca de los suyos y al disponer de una casa de  verano, el Molino, podría paliar mejor que en Madrid las estrecheces en que les había dejado su marido al marcharse a Argentina. El recuerdo de la ILE era tan intenso que los hermanos Moliner se sintieron conmocionados cuando leyeron en la prensa que había muerte don Francisco. Y no tardaron en enviar una carta de pésame a sus antiguos profesores, tal como recojo en "El exilio interior: La vida de María Moliner" (Turner, 2011).
La carta, fechada en Zaragoza el 21 de febrero de 1915, escrita con la solemnidad con la que los niños y adolescentes que eran se refieren a los acontecimientos importantes, dice así:
"Estimados profesores: Ha venido a nuestro conocimiento la muerte de don Francisco, por cuya causa damos a Uds el pésame, y al hacerlo así nos lo damos a nosotros mismos y a España entera.
[...] El sentimiento que experimentamos es difícil de expresar, pues sin ser igual que el que se experimenta por la pérdida de un ser con el que nos unieran vínculos de parentesco, es sin embargo, por lo menos tan intenso como éste.
Reciban el afecto de sus discípulos.
Enrique Moliner
María Moliner
Matilde Moliner


Sus discípulos. Así se sentína. No en vano esos años de formación en la ILE fueron decisivos para la futura lexicógrafas y sus hermanos, especialmente para Matilde, la pequeña, que fue quien asistió con regularidad a las clases del olegio de la calle del Obelisco, hoy de Martínez Campos.